FIN DE AÑO


Qué nos dejó este año. Poco. Casi nada. La Pandemia del Covid limitó al Aikido. No se pudo practicar. No se pudo entrenar. Sólo durante los últimos meses del año, se pudo volver al tatami con otra realidad. Distanciamiento. Barbijos. Protocolos. Sin contacto. Toda una nueva realidad.

 

Qué nos dejó este año. Pocos ejemplos. Poca creatividad. El instructor, sensei, shihan (o cualquier otro titulo que pueda recibir), en la gran mayoría de los casos no estuvo a la altura de la nueva realidad. Se quedaron en la zona de confort, aceptando esos limites sanitarios y siguieron con las mismas formas. Las clases virtuales fueron el salvavidas, un salvavidas que solo los mantuvo a flote. A la espera. 

 

Que nos dejó este año. La posibilidad de ser creativos, de saltar barreras y arriesgarnos a descubrir nuevas facetas del Aikido. Lamentablemente, pocos son los casos que se animaron a más. En los momentos de crisis, los lideres están al frente mostrando el camino. Encabezando el caminar hacia lo nuevo. En el mundo del Aikido, los lideres fallaron. 

 

Qué nos dejó este año. El conocimiento certero y doloroso de nuestras limitaciones. El Aikidoca creyó que superaba y enfrentaba la nueva realidad. Sólo se quedó en su zona de confort creyendo que libraba una batalla con honor.

 

Qué nos dejó este año. La oportunidad de ser mejores. Pero, por lo que se pudo ver, quizas sean pocos los que a provechen esa oportunidad.   

 

Víctor Barceló 

Editor de INFOAIKIDO 

 

Comentarios

  1. Qué tristeza que se hayan perdido de explotar más allá rodar por el piso sobre una frazada o querer hacer algo o qué no se aprendió y así rayar paredes y romper muebles con el jö o el bökken

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