Fundación AikIkai - Escritos de Shihanes

Amor y bondad para todos 

Un artículo de Ichitami Shikanai, 7 ° Dan, Brasil

Debido a la propagación mundial del virus corona, la cantidad de personas desempleadas en todos los países ha aumentado y la situación es particularmente preocupante.
Respeto mucho las opiniones del profesor de la Universidad de Kyoto, Yamanaka, y del profesor de la Universidad de Nagasaki, Yamamoto, según lo informado por NHK News. El profesor Yamanaka dijo: "Esta es una guerra larga, así que en lugar de una forma de deshacernos de ella, debemos encontrar una manera de vivir con ella". Me he centrado en la opinión del profesor Yamamoto. Como profesor que viajó por todo el mundo enseñando sobre la prevención de enfermedades infecciosas, les dijo a los habitantes locales que pensaran con 10 años de antelación y cambiaran su forma de vida como medida de precaución. Dijo que no deberíamos excluir el virus, sino tratar de vivir con él.

De ambos, escuché que debemos enfrentar el virus con el espíritu del Aikido. Me animé mucho cuando el Segundo Doshu de Kisshomaru dijo una vez: "Quiero que olvides este debate de ganar o perder".
La necesidad de crear una nueva forma de vida está comenzando a cambiar muchas industrias en todo el mundo. Incluso en Aikido, tal vez surjan nuevas técnicas o formas de practicar. Pero escuchar las palabras de los dos profesores me convence aún más de que el mundo nos está mostrando cómo el Aikido es necesario.
 

Como el Fundador estudió en Omoto-kyo bajo la guía de Onisaburo Deguchi, hay un principio llamado "Amor y bondad para todos". En mi opinión, se refiere al llamado del profesor Yamamoto a coexistir con el virus. Aiki, simbiosis. Estas dos palabras me vienen a la mente. Brasil es un país con una gran disparidad social y los trabajadores que viven del salario diario no pueden cumplir con las órdenes de quedarse en casa.
 

Los especialistas japoneses en enfermedades infecciosas, obteniendo la cooperación de los ciudadanos, han implementado medidas para el éxito que otros países no pueden imitar. No puedo evitar sentir que el hermoso archipiélago verde de Japón y los japoneses que viven allí tienen una misión especial para el mundo en esta era de cambios.
Como dijo muchas veces el Segundo Doshu de Kisshomaru, esperemos el día en que podamos practicar.