El aikido y el sable

La vía del aiki y la vía del sable (kenjutsu) están íntimamente conectadas en sus principios básicos, movimientos y métodos. Una vez que se penetra la superficie se observan muchos puntos en común.
Las semejanzas del aikido con el arte de sable, son fundamentalmente las siguientes:
la postura del pie, la distancia entre dos personas, la actitud de la mirada y el movimiento del pie, así como las técnicas derivas, las cuales son llamativamente análogas, sino idénticas. Y el uso de la hakama.
Una comparación detrallada revelará algunas pequeñas diferencias: la distancia (ma-ai). En el arte del sable el espacio correcto se establece cuando las puntas de los sables se superponen. En el aikido el espacio se ajusta a la máxima eficacia para realizar la técnica de entrada (irimi).
En el arte del sable el principio básico para determinar la distancia siempre es el mismo. En el aikido no, variará dependiendo de la técnica.
Desde el comienzo el Maestro Ueshiba se propuso utilizar las ventajas halladas en el arte del sable e incoporarlas al aikido (entre 1936 y 1940 se estableció una sección de kendo en el Dojo Kobukan).
El aikido es un arte de manos vacías. La mano-espada se transforma en un sable y se convierte en un arma para golpear. Y cuando se usa la mano como un sable es una manifestación concreta de un principio del sable. Un modelo lo constituye el shihonague (cada movimiento surge dictado por la conciencia de emplear la mano como una espada), y su perfección es un signo del dominio del aikido (y las armas se usan como extensiones del cuerpo, no se manejan como objetos).


Fuente:
"El Espíritu del Aikido". K. Ueshiba. Pags, 88-92. Editorial Eyras S.A,

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