Osvaldo Pacio Sensei - Su Primer Alumno
Mi Padre de Aikido
Es importante no olvidar. En el ambiente del Aikido, suele haber poca memoria.
Perdón, si estas palabras hieren o no son lo políticamente correctas que el
ambiente pregona.
Cuando comenzamos esta serie de notas sobre Osvaldo Pacio Sensei decidimos
no ser políticamente correctos. Pero, si respetuosos.
Por eso, recurrimos a una persona con gran trayectoria en el Aikido argentino.
Uno de los pioneros. Un shihan. En la actualidad, mi maestro y
maestro y amigo de mi padre.
Juan Tolone Shihan, “Juan” para mi y para mi familia, siempre recordó a
Osvaldo Pacio Sensei. Y por ese motivo lo entrevistamos y le pedimos
que nos recuerde su relación con su primer sensei.
Su generosidad se manifiesta en cada una de sus palabras.
Así comienza la historia de Tolone Sensei con el Aikido :“En 1969 por
recomendación de una persona fui en busca de mi necesaria actividad
física, el Judo. Había perdido el papel con la dirección del lugar, pero
cuando me lo dieron pensé que no estaba lejos de mi trabajo. Recordé que
la calle era Virrey Cevallos en la Capital Federal”.
Un día tomó la decisión y fue al lugar en busca del lugar, Caminando vio en la
vereda de enfrente un lugar que decía Judo, él pensó que ese era el lugar. Pero,
la realidad, le tenía una sorpresa:
“Al entrar me encontré con todo oscuro, había una oficina pequeña y un
señor en un escritorio, preguntó en qué me podía ayudar y le dije que venía
por Judo, a lo que respondió, no hay” Juan sintió frustración y bronca
por la respuesta, su cara expresó esas sensaciones lo que provocó este
pequeño diálogo:
¿Por qué quería hacer Judo?
Solo quiero hacer actividad física, respondió Juan.
¿Por qué no hace Aikido?, le volvieron a preguntar
¿Y qué es eso? Un montón de palabras que no comprendía salieron
de su boca,
¿Se transpira?
¡Mucho!,
Ok, anóteme!.
Días después va a su primera clase y es el único alumno, el primer alumno.
El 26 de abril de 1969, con motivo del fallecimiento del creador del Aikido, Pacio
Sensei, en nombre de los practicantes de nuestro país,
envía a Japón un pésame.
Muchos meses después recibe una carta del 2° doshu, Ueshiba Kisshomaru. Fue
una carta en japonés, que “la hicimos traducir por un único traductor que
existía en la Argentina, en el Palacio de Justicia. Yo tengo una foto de esa
carta y su traducción, estaba dirigida a Osvaldo Pacio”, nos cuenta Tolone
Sensei (N. de R: esa traducción y su original está en nuestro poder, pronto a ser
publicada).
“Tan buena persona era que un día me preguntó de dónde era yo ( venía de
un pueblo pequeño a 180 km de Bs As, llamado Castelli), y preguntó por
mi familia. Me pregunto cuánto hacía que no los veía”, recuerda Tolone
Sensei.
Entonces prepararon un viaje para mostrar el Aikido en Castelli y además “ves a
tus padres y te ven lo que hacés”, le propuso Pacio Sensei.
Luego de unas semanas realizaron el viaje y para Tolone Sensei ese viaje “fue
otro regalo que me dio”.
En determinado momento la relación y los caminos se fueron abriendo en
direcciones distintas. Sin embargo, volvieron a encontrarse para hacer juntos
otra locura: ” cuando se estrena NICO, la mejor película de Steven Sigal,
lo llamaron para hacer demostraciones en vivo en el corte que se hacía
en las películas, Allá fuimos cargando cada uno su tatami y entrando y
saliendo de los cines que proyectaban esta película. Por supuesto había
que aguantar al amigo”, asi nos relató Tolone Sensei una de sus tantas locuras
“Fue siempre muy buena persona, muy amable y todo lo que sabía me lo
entregó. En mi opinión se fue demasiado rápido en esta vida, gran recuerdo
tengo de él”, palabras que muchos deben compartir.
Gracias!!!! Por ayudarme a seguir agradeciendo a quien me puso en el camino. Y hay mucho mas que hemos vivido juntos, nunca se olvida a quien tanto me dio y que tan poco pude devolver.Juan Tolone
ResponderEliminarEl Sensei Pacio, fuè un gran hombre y maestro de Aikido. Tuve el honor de ser su discìpulo y desde que comencè, pude aprovechar todas sus clases hasta el dìa de su fallecimiento. Lloramos mucho su partida. Se lo extraña.
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