NOTAS. Enrique Muñiz Sensei

"Entender el Aikidô como Budô. Por Christopher Hein." Traducido por Enrique Muñiz


"Cuando uno empieza a hablar sobre la viabilidad, aplicación y utilidad en el mundo de las artes marciales que  entrenamos, vamos hacia una cuesta resbaladiza. Las personas empiezan hablando sobre la “lucha callejera” y “lo que  REALMENTE pasa en una lucha”. Comenzamos a teorizar sobre la realidad, en lugar de vivirla y entrenar en ella.

Entrenar artes marciales no es luchar. Usted no puede hacer o experimentar las cosas que hay en una pelea a muerte en un Dôjô. No es posible, por muchas razones.

Primero, un Dôjô es una atmósfera controlada. Nadie va tener compañeros que esperan fuera del dôjô para golpearlo. Un automóvil no circula dentro del Dôjô. Las personas no van a empezar a dispararle en medio de clase. La mayoría nos conocemos y estamos trabajando juntos, no para dañarnos entre nosotros.

Segundo, el Dôjô tiene un instructor o un maestro que prepara los guiones, decide cuando las cosas son o no apropiadas. El maestro dicta lo que es una práctica segura, buena y la dirección que él quiere que el Dôjô tome. Si fuera un evento deportivo que él sería el árbitro, no hay ningún árbitro en la calle.

Tercero, hay una falta de intención en dañar de verdad a otro. No hay peleas ocasionales en el Dôjô. A algunas personas no les gustamos, pero eso no nos pone en una amenaza real de daño. Los estudiantes trabajan allí juntos.

Así debido a esta falta de experiencia en combate, las artes Marciales son un sistema imperfecto para aprender a luchar. Un sistema perfecto para aprender a luchar estaría dedicado a sesiones regulares en las que ataca o se defiende de los ataques de personas desconocidas.

Este tipo de entrenamiento de combate es peligroso en el mejor de los casos y probablemente sea demente. Los oponentes serían vistos como delincuentes o asesinos. Su maestro probablemente iría preso. Habría muchos estudiantes muertos o tendrían serias lesiones. No sería una práctica de vida agradable porque requiere que cause regularmente daño a personas inocentes. No sería práctico ni divertido.

Experimentando una lucha es el único modo de saber lo que es ella. En las artes marciales deportivas hay un esfuerzo por remediar esta imperfección haciendo su propia definición de lo que una lucha es. Esto les permite experimentar  la “lucha” regularmente y  de modo seguro.

Una lucha deportiva será un evento con un árbitro en una atmósfera controlada. En el boxeo occidental dos personas de aproximadamente el mismo tamaño, peso y habilidad pelean en un lugar y un momento, después de un período de preparación. Aceptan las reglas establecidas por una organización. Los competidores se dan puñetazos hasta que uno sea incapaz luchar o ellos alcancen un tiempo convenido. El Jiujitsu brasileño en lugar de golpear, ellos luchan hasta que uno de los dos es incapaz luchar o ellos alcanzan el límite de tiempo.

Porque hay muchas formas para luchar: patadas, puñetazos,  proyecciones, palancas, estrangulaciones, etc. Algo que las personas siempre se preguntaron ¿qué elementos de lucha son mejores?. ¿Los pateadores podrían pegar  a los boxeadores? ¿un luchador podría vencer a alguien que pelea con golpes?. Estos tipos de preguntas siempre llevan a entender que la lucha deportiva también es imperfecta. Usted no podría ver todas las variables en un combate deportivo.

Hay una tendencia actual hacia lo que está llamándose: Ultimate fighting, la lucha en la Jaula, No Holds Barred (NHB), o las Artes Marciales Mixtas (MMA). Este deporte marcial les permite a los competidores usar todos los métodos de combate sin armas en un evento. Esta disciplina ha buscado acercarse a “la lucha real”.

Hay todavía una falla inherente con “Ultimate fighting”, que es un deporte. Siendo un medio deportivo, todavía está muy limitado. Un hombre sabio dijo una vez “Si usted quiere ganar una lucha, usted utilizara todo lo que tiene a su alcance”, buen consejo. Sin embargo en “Ultimate fighting” usar armas y enfrentar más de un oponente está contra las reglas. Claramente el hombre que hizo la primera declaración estaba hablando sobre un tipo de lucha que no coincidía  con la definición de lo que sería un “Ultimate fighting”

 “Ultimate fighting” tiene las reglas, como cualquier otra lucha deportiva. Las reglas son buenas. Ellas preservan a las personas, establecen que son deportistas y no peleadores callejeros y asesinos. Sin embargo las reglas del “Ultimate fighting” limitan el sistema de elementos muy comunes en el ambiente de una pelea real.

El ejército es un verdadero método de aprender a combatir, le dará el conocimiento y la experiencia de conocer un método completo de combate. Sin embargo no es una escuela de artes marciales, sino un estilo de vida. Los métodos militares tienen la opción de matar y trabajan sobre un riesgo muy real de morir. No es algo que uno puede hacer como pasatiempo, es una carrera de tiempo completo. La vida militar conlleva un alto costo  emocional y físico.

Hay otras ocupaciones como la policía, agentes de seguridad, etc. que le proporcionarán también una experiencia en combate. El hecho es la mayoría de los que estudian artes marciales realmente no quieren consagrar todo el tiempo de sus vidas al combate físico. La mayoría tenemos una curiosidad o necesitamos saber algo sobre el combate. No somos estudiantes de combate y no queremos constantemente enfrentarnos a un peligro de vida.

A la mayoría de nuestras escuelas de artes marciales les está faltando la habilidad de impartir la experiencia completa del conflicto físico. Los sistemas de artes marciales no pueden hacernos un luchador  completo. Ellos nos enseñan sin embargo sobre la dificultad y el conflicto. Este entrenamiento y estudio es muy útil para nosotros en nuestro objetivo más importante: la vida

Todos participamos de la vida. Las artes marciales son un modo de aprender sobre la dificultad y el conflicto (la lucha diaria) porque son partes inseparables de vida. Nos esforzamos en levantarnos a la mañana, en buscar lo que queremos en la vida. Nos esforzamos por volvernos buenas personas.

Las artes marciales son un modo de desafiarnos a encontrar el modo de lidiar y disfrutar del esfuerzo. Las artes marciales proporcionan medios para aprender y entrenar para las adversidades. Las adversidades son una parte regular de nuestra vida. Las artes marciales nos preparan para la última experiencia; la vida.

Nos esforzamos por hacer nuestro sistema más desafiante. Buscamos acercarnos a lo que experimentaríamos en una pelea. No lo haremos para simplemente poder ganar una “lucha callejera” o jactarnos que estudiamos un “completo”  sistema de artes marciales. Debemos hacer nuestro entrenamiento tan exigente como podamos dentro de lo seguro y éticamente correcto. No debemos hacerlo para volvernos el más grande peleador de todos los tiempos. Para no engañarse con una fantasía como esa, lo haremos para volvernos mejores personas.

Estudiemos el conflicto físico con el fin de entender la dificultad  real, la dificultad de la vida. Éste es el Budô.".

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