NOTAS de Enrique Muñiz Sensei

"Complejo de Gaijin. 

Por Stanley Pranin Aiki News #99 (1994)". 

Traducido por Enrique Muñiz

 

"El otro día recibí una carta anónima que  criticaba las prácticas de examen de grado de cierto shihan japonés que enseña en el extranjero. El escritor lamentó que el shihan en cuestión había tenido favoritos entre sus estudiantes extranjeros para la promoción rápida mientras que pasaba por alto a otros estudiantes avanzados más merecedores del grado. Esto puede entenderse como una queja de quienes hacen comparaciones y valoran la alta graduación.

En primer lugar, aconsejaría a las personas que están de acuerdo con este punto de vista para no preocuparse tanto por las clasificaciones jerárquicas como un requisito previo para tener éxito como instructor de artes marciales. Los alumnos serán mucho más impresibles por instructores experimentados que operan con medios limpios,  que por aquellos que meramente los que demandan alta graduación para atraer a los estudiantes o quién se vende como "experto oriental".

Pero mi propósito principal aquí realmente es plantear el asunto de una mentalidad que prevalece en instructores de artes marciales orientales en el extranjero. Por necesidad de un término mejor, lo llamaré "complejo de gaijin". Gaijin, es el término japonés para denominar, en forma despectiva  al extranjero. Pienso que éste es claramente un factor en la mente del  escritor de la carta, aunque crítico de los maestros japoneses, todavía busca su reconocimiento. Esta mentalidad se aferra a la idea que los orientales en general, poseen alguna clase de cualidad innata para artes marciales que les permite lograr niveles de habilidad superiores comparados a los occidentales.

Naturalmente a esta forma de pensar, se suma la asunción que los maestros orientales tienen un entendimiento profundo de los aspectos esotéricos de sus artes a las que los extranjeros sólo pueden aspirar con gran dificultad.En el caso del Aikidô, fue obvio que los instructores japoneses fueron grandes fuerzas en la difusión del arte en occidente, en los años 50’ hasta los 60’. Además de sus habilidades técnicas, los primeros shihan japoneses estaban más calificados para articular el lado espiritual del arte ya que  habían entrenado directamente bajo la guía de O Sensei. Quienes practicamos en los años 70’, automáticamente asumimos que los pocos japoneses que encontramos eran más experimentados. Sospecho que esta actitud fue inculcada en nuestras mentes y que sin percibirlo lo pasamos a nuestros compañeros de menor graduación y a nuestros estudiantes.

Hoy, la situación ha cambiado considerablemente. Japón es ahora el tercero en términos de números de practicantes del Aikidô mundial, principalmente debido al número pequeño de Dôjô de jornada completa que enseñan el arte en ese país. No hay que sorprenderse que en el extranjero, ahora hay muchos maestros extranjeros más experimentados que en Japón, porque estos individuos invierten muchas al día en el tatami. Sus colegas japoneses son normalmente obreros asalariados que practican una vez o dos veces por semana por hobby.

Su nivel de compromiso es menor, salvo el de un gran shihan que ha estado activo durante décadas. Aunque  confieso que no he hecho una comparación numérica, también el número de libros que se publican en inglés, por ej.o, excede por lejos el número que aparece en japonés. Es más, hemos visto la extensa evidencia de una aceleración del crecimiento de Aikidô comparada a Japón en nuestro negocio de publicación en el extranjero en el número de lectores en países Occidentales, que ha crecido a casi tres veces en comparación con Japón. Esta tendencia no muestra ninguna señal de rebajar, aunque Japón siempre seguirá siendo el centro espiritual de Aikidô, se está avanzando a pasos más vigorosos en la cultura de la corriente principal en países Occidentales.

Los días que uno estaba obligado a buscar a un maestro japonés para obtener instrucción de Aikidô de calidad han pasado. Hay muchos instructores no-japoneses que han logrado niveles altos. En muchos casos, los maestros extranjeros están mejor preparados para llevar el mensaje de Aikidô debido a su formación en el arte y, en algunos casos, a su formación académica, por no mencionar el hecho que ellos están enseñando en su lengua madre.

También, en el plano filosófico muchos Aikidôka extranjeros adhieren al mensaje del fundador sobre el Aikidô como un vehículo para lograr la resolución pacífica de conflicto. De hecho, encuentro mucho más interés en la doctrina ética de Morihei Ueshiba entre los extranjeros que entre el japonés. Recuerde que, a pesar del hecho que el Aikidô es de origen japonés, las visiones del fundador se expresaron en un idioma vívido, metafórico, sazonado de una terminología religiosa especializada que era completamente incomprensible para el japonés moderno. Muchos de los shihan japoneses que hemos entrevistado durante años han declarado que eran incapaces de entender sus "conferencias" y estaban ansiosos de que él terminara de hablar para que ellos pudieran reasumir el entrenamiento. He tenido experiencias similares al proponer preguntas sobre las creencias religiosas del fundador. La mayoría de ellos sólo responde en términos vagos sobre tales asuntos esotéricos o francamente admiten que eran incapaces de seguir el discurso del fundador.

El resultado de esto es que, en un sentido fundamental, los extranjeros no están en ninguna desventaja particular para tomar la "esencia" del Aikidô, aunque ellos no tengan ningún conocimiento del idioma japonés. Los secretos del Aikidô se les revelan a los practicantes serios a través de la práctica de las técnicas. Pienso que Aikidô busca desarrollar un conocimiento centrado en nuestro interior y extenderlo poderosamente en el ambiente inmediato en que nos desenvolvemos. Esto puede ser logrado por practicantes de cualquier nacionalidad y no dependiente del número de miembros de una organización dada o por puede estudiar bajo la guía de un shihan japonés".

Comentarios

Entradas populares